"No puedes recorrer el Sendero antes de
que te hayas convertido en el Sendero mismo.
Loto Blanco
Haz que tu alma preste oído a todo grito de
dolor, igual que el loto pone al descubierto su corazón para absorber el sol de
la mañana.
No permitas que el sol ardiente seque una sola
lágrima de dolor antes de que tú no la hayas enjugado en el ojo del que sufre.
Pero deja que las ardientes lágrimas humanas caigan
una a una en tu corazón, y allí permanezcan; no las enjugues, hasta que se haya
desvanecido el dolor que las causara.
Estas lágrimas, ¡oh, tú! de corazón muy
compasivo, son los arroyos que riegan los campos de la caridad
inmortal..."
H. P.
Blavatsky
("La Voz del Silencio")
No hay comentarios:
Publicar un comentario